Los cambios políticos y sociales han modificado e influenciado constantemente los discursos históricos en América Latina. Especialmente tras las rupturas sociales y políticas durante y después de las dictaduras militares, se han cuestionado la escritura de los grandes mitos nacionales y sus correspondientes narrativas en numerosos estados latinoamericanos. Estos esfuerzos por una revisión histórica de las experiencias de violencia han condicionado nuevas determinaciones de la narrativa histórica y la política simbólica.