Posicionamiento de la masculinidad
Con el concepto “posicionamiento de la masculinidad”, la autora cuestiona la supremacía biológica de lo masculino, el orden social y su generalización.
El término “posicionamiento”, para Moreno, subraya la importancia de fijarse en cada situación de la interacción, ya que al suponer que cada situación es diferente, es posible poner en duda la generalización del orden social y del orden simbólico. En cada situación de la interacción cara a cara se expresa entonces una variedad de constituciones de cuerpos, de capital cultural y de capital social, que hace posible cuestionar la supremacía masculina, ya que desde luego, existen mujeres con una constitución de cuerpo más fuerte, con más capital social o cultural que algunos hombres. Con ello se adquiere un nuevo posicionamiento de la masculinidad, que al mismo tiempo es una estrategia de cuestionar la supremacía biológica de lo masculino.
Moreno explica en la entrevista, que el orden social queda marcado por diferentes formas de la interacción, en la cual muchas mujeres se ponen en una posición de inferioridad con los hombres. Un ejemplo que ella señala es el emparejamiento. El hecho de que la mayoría de las mujeres escoge su pareja más alta, muchas veces con más capital cultural y más capital económico, pone desde un principio a las mujeres en una posición inferior de los hombres. Entonces, argumenta Moreno, si uno no pusiera como condición para enamorarse que el hombre tuviera una estatura más alta o más pequeño: “(…)empezaríamos a ver eso: que hay mujeres más rápidas que algunos hombres, hay mujeres más fuertes que algunos hombres y ciertamente mis boxeadoras son más fuertes que muchos de los hombres que yo conozco.”(Hortensia Moreno, entrevista)
Es esa experiencia de la variedad en la interacción cara a cara, en que los cuerpos están uno al frente del otro, la que lo convierte en un momento fundamental para el posicionamiento de los géneros. Es en ese momento de situar y posicionarse cuando se establece, a través de los cuerpos y palabras, un orden de interacción, y con ello, un orden social.
Otro ejemplo de una situación que demuestra la importancia de fijarse en la situación individual y en el posicionamiento, es el de las boxeadoras. En su investigación sobre las mujeres y el boxeo, Moreno demuestra que las boxeadoras ponen a través de sus cuerpos fuertes y entrenados, la superioridad biológica masculina en duda.
El concepto “posicionamiento de la masculinidad”, como lo define Hortensia Moreno en la entrevista, significa entonces salir de la terminología rompiendo con la asumida generalización de la superioridad masculina, teniendo en cuenta las variedades de las constituciones de los cuerpos, del capital cultural y del capital social, para cuestionar la jerarquía social en el momento de considerar la dimensión de la interacción. Dependiendo del posicionamiento entre los seres humanos, su capital cultural, social y sus cuerpos, se manifiesta la diversidad de expresiones de las masculinidades en las relaciones de género.