“En toda teoría hay algo de biografía.”
Su trayectoria como antropóloga esta estrechamente relacionada con su biografía cosmopolita y sus preocupaciones e inquietudes personales y políticas. Se ha dedicado a cuestiones relacionadas con la intersección entre raza, género y clase. Entre los temas centrales se destacan el nacionalismo, el racismo, la ciudadanía y la biotecnología, entre otros. También le interesan los sistemas de clasificación sociales, en especial las formas de estructurar, explicar y justificar sistemas sociales de desigualdad.
Nacida en Dessau, Alemania, en 1938, vivió su infancia y juventud en Argentina, creciendo en una colonia alemana en la que no se hablaba sobre la segunda guerra mundial y el exterminio de los judíos; y en la que prevalecían prejuicios frente a los argentinos. Verena empezó a interesarse por el racismo y los nacionalismos. También vivía el valor de la virginidad en la sociedad argentina de los años cincuenta, lo cual enriqueció su trabajo antropólogico más tarde.
Después de su formación como secretaria multilingüe, trabajo varios años como tal en Munich (Alemania) y también como asistente de investigación en la Universidad de Stanford, EE.UU. Además comenzó sus estudios de antropología social en el Institute of Social Anthropology en la University of Oxford, Gran Bretaña, los cuales terminó en 1966. Se doctoró en el mismo departamento en 1970 con una tesis de antropología histórica. Durante su investigación en el Archivo Nacional de Cuba (1967-1968), descubrió la compleja intersección que había entre lo que hoy en día se denomina clase, raza y género en la Cuba colonial.
Mientras realizaba su doctorado, nacieron sus hijas Nuria e Isabel en 1966 y 1969, lo cual precisaba una auténtica división entre el trabajo doméstico y el trabajo intelectual. Sus experiencias personales coincidieron con el comienzo del debate feminista en Inglaterra y así se “hizo feminista en la cocina”, criticando la concepción social de la maternidad como destino exlusivo para las mujeres, así como la mala división del trabajo doméstico.
En 1970 se trasladó con su familia a Brasil, donde co-fundó el Departamento de Antropología Social con los doctores Peter Fry y Antonio Augusto Arantes en la recién creada Universidade Estadual de Campinas, y desempeñó el cargo de profesora asistente hasta 1980. Durante este tiempo (1973-79) también realizó un trabajo de campo con mujeres jornaleras en una plantación de café en São Paulo.
En 1980 se instaló finalmente en Barcelona, donde obtuvo una plaza en el Departamento de Antropología Social y Cultural de la Universitat Autònoma de Barcelona como profesora encargada de curso y a partir de 1984 como profesora titular. Fungió como directora de este departamento entre 1998 y 2000 y fue nombrada catedrática en 2000. Desde 2009 es profesora emérita. Durante su trayectoria académica Verena ha realizado estancias como profesora visitante y investigadora en numerosas universidades de Europa, las Américas y África, ha formado parte de un gran número de instituciones, como, por ejemplo, la EASA (European Association of Social Anthropologists) y ha desempeñado el cargo de Presidenta del Institut Català d’Antropologia desde 2002.
A lo largo de su trayectoria intelectual se ha dedicado a cuestiones relacionadas con la intersección entre raza, género y clase. Entre los temas centrales destacan el nacionalismo, el racismo, la ciudadanía y la biotecnología, entre otros. También le interesan los sistemas de clasificación sociales, en especial las formas de estructurar, explicar y justificar sistemas sociales de desigualdad. En sus analisis subraya la interseccionalidad entre las categorías y el hecho de que se trata de construcciones históricas y sociales.
En la actualidad sigue trabajando en el grupo de investigación AHCISP (Antropología e Historia de la Construcción de las Identidades Sociales y Políticas) de la Universitat Autònoma de Barcelona, que está analizando la construcción de las identidades en su dimensión simbólica y política, con especial énfasis en el dinamismo de las interrelaciones grupales.
A Verena le parece muy notable, desde una perspectiva feminista, que casi nunca se habla sobre el hecho de que en la clonación no hace falta un macho o respectivamente espermas. Parece que es tan imaginable que no se percibe ni se investiga. Además Verena menciona un libro de Emily Martin, una antropóloga estadounidense que ha trabajado mucho en el campo de la biomedicina y ha analizado algunos de los manuales de anatomía que se utilizan en el estudio de la medicina. Ella señala como en la descripción y representación -incluso pictórica- del proceso de concepción se reproducen las relaciones entre hombres y mujeres en la sociedad. Los espermas son ágiles, rápidos, competitivos para llegar al óvulo, y el óvulo es una cosa redonda, plácida, pasiva, que espera a que llegue un esperma. Según ella se trata de una típica división del trabajo, por lo cual este ejemplo lleva a la pregunta: ¿qué tiene que ver la constitución del cuerpo sexuado con las relaciones políticas? Según Verena en la clonación se puede demostrar la intersección entre ideas de parentesco, ideas de la sexualidad y cambios materiales del propio proceso de concepción, ya que la clonación es una forma de concepción asexual, en una especie que es bisexual.
Sugerencias bibliográficas:
Martin, Emily. The Woman in the Body: A Cultural Analysis of Reproduction. Boston: Beacon Press, 1987.
Stolcke, Verena. “New Reproductive Technologies - Old Fatherhood.” Reproductive and Genetic Engineering 1.1 (1988): 5-19.
______“El sexo de la biotecnología.” Jorge Riechmann y Alicia Durán (eds.). Genes en el laboratorio y en la fábrica. Madrid: Ed.Trotta/Fundación 1ero de Mayo, 1998. 97-118.
______“A propósito del sexo.” Política y Sociedad 46. 1 & 2 (2009): 43-55.
En la entrevista Verena Stolcke cuenta de un momento muy concreto en su vida privada que la convirtió en feminista. Dice que se “hizo feminista en la cocina”. En 1969 ya tenía sus dos hijas, de un año y tres años, y estaba escribiendo su tesis en Oxford. Un día vino un gran sociólogo brasileño para dar unos seminarios sobre la cuestión racial en Brasil, exactamente el tema de que trataba su trabajo. Quería ir a escucharlo pero su marido dijo que no, que él iba a ir. Y fue. En este mismo momento Verena se dió cuenta de que algo estaba mal y de que tenía que cambiarlo.
La experiencia de Verena coincidió justamente con el inicio del debate feminista en Inglaterra, por ejemplo con la feminista Germaine Greer. Desde antes Verena ya se había interesado por cuestiones de género como demuestra el tema de su tesis. Pero hasta entonces no había jugado un rol importante en su vida privada. Verena cuenta que a principios del movimiento feminista, las mujeres hablaban de manera muy tentativa sobre problemas domésticos y personales.
Para Verena, los movimientos sociales forman la base del feminismo académico. Es muy importante que no se pierde esta conexión básica, porque la teoría feminista es el intento de explicar y hacer sentido del porqué de las dificultades, de las faltas de oportunidad, de la falta de respeto, de la invisibilidad en diferentes momentos de la vida, de las mujeres en la sociedad occidental.
Verena destaca que su libro sobre Cuba apareció antes del surgimiento del feminismo. En su tesis no usa el término “género” porque todavía no se había introducido en el deabte académico. Pero de alguna manera fue una anticipación de la problemática que después se desarrolló desde una perspectiva feminista explícita.
Sugerencia bibliográfica:
Stolcke, Verena. “La mujer es puro cuento: la cultura del género.” Quaderns de l’Institut
Cátala d’Antropología [monografía n° 19 A propòsit de la cultura] (2003): 69-75.
Verena Stolcke tiene dificultades con el término “género" por varias razones. Le parece poco útil porque en su opinión se confunde con “mujer”. En los estudios de género se suele estudiar las mujeres en vez de las relaciones entre hombres y mujeres. Para ella pierde la concepción relacional política de cómo interactúan y cuáles son las atribuciones y las formas de dominación de los hombres sobre las mujeres. Lo que Verena no quiere hacer, es usar palabras que la gente común y corriente no entiende, en particular por tratarse de un movimiento social. Stolcke no lo ve posible movilizar a la mayoría de la mujeres con una palabra cuyo significado no entienden.
Sin embargo se adoptó el término “género” con la intención de desesencializar las relaciones entre hombre y mujeres. Las teóricas querían mostrar que las relaciones entre hombres y mujeres, las estructuras de sexo-género han sido construcciones histórico-sociales. Esto es la idea fundamental. Pero según Verena se volvieron tan constructivistas ante la deconstrucción postmoderna que desapareció enteramente la pregunta con respecto a la materialidad de los cuerpos sexuados, de las relaciones, así llamadas, de género.
Verena cita un texto de Jane Collier en el cual, a través de análisis etnográficos, sostiene que en realidad no hay ninguna razón para suponer que las dicotomías de género se basan en el dimorfismo sexual. Separa totalmente el dualismo sexual de las construcciones de género.
Además Verena se refiere a Judith Butler, quien dice una cosa fundamental: “si nos fijamos en los procesos y contextos históricos, los contextos del saber, constatamos en primer lugar, que la asociación o disociación de las propias concepciones anatómico-genitales varían enormemente en el tiempo”. Ella sostiene que es el propio género, es decir, las concepciones socio-políticas de las relaciones de sexo-género, lo que construye también el sexo. Lo que ella hace es historizar, a una parte de la performatividad, la propia percepción, la representación de la sexualidad y del sexo material, de los cuerpos sexuados.
Verena cree que hay un problema fundamental en la teoría feminista, o en la teoría de género: ¿Qué tiene que ver la constitución del cuerpo sexuado con las relaciones políticas? En esta cuestión, según Verena, el aporte de Judith Butler ha sido muy importante.
Sugerencias bibliográficas:
Butler, Judith. Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity. London: Routledge, 1990.
_____ Bodies that Matter: On the Discursive Limits of “sex”. New York: Routledge, 1993.
Stolcke, Verena. “Is Sex to Gender as Race Is to Ethnicity?” Teresa del Valle (ed.). Gendered Anthropology. London: Routledge, 1993. 17-37.
_____ “Antropología del género. El cómo y el porqué de las mujeres.” Joan Prat y Ángel Martínez (eds.). Ensayos de antropología cultural. Barcelona: Ariel, 1996. 335-342.
_____ “La mujer es puro cuento: la cultura del género.” Quaderns de l’Institut Cátala d’Antropología [monografía n° 19 A propòsit de la cultura] (2003): 69-75.
Yanagisako, Silvia Junko y Jane Fishburne Collier. “Toward a Unified Analysis of Gender and Kinship.” Jane Fishburne Collier y Silvia Junko Yanagisako (eds.). Gender and Kinship: Essays Toward a Unified Analysis. Stanford: Stanford University Press, 1987. 14-50.
Durante su estancia en Cuba para su tesis doctoral Verena ya se dió cuenta de lo importantes que son las intersecciones de clase, raza y género. El concepto de la interseccionalidad todavía no existía, pero en los documentos que examinadó durante su investigación de campo era obvio. Por ejemplo existía una ley que prohibió los matrimonios llamados interraciales, es decir, entre “desiguales”, y cuyo castigo consistía en la desheredación. El control de los matrimonios que debían ser endogámicos -en términos de clase y “raza”- se realizaba a través del control de la sexualidad de las mujeres, por lo que ahí Verena observaba una intersección que podía ser descrita y analizada a partir de toda esta documentación.
El concepto de interseccionalidad fue para Stolcke también el producto de un movimiento social. La noción de interseccionalidad surgió en el movimiento de las mujeres negras en Estados Unidos. Dentro del cual existían varias que eran feministas y lesbianas. Dentro de este movimiento, a fines de los años setenta y en uno de los grandes congresos feministas ellas acusaron a las “supuestas” hermanas blancas, de no ser consciente de su experiencia específica. Afirmaron que no existe una mujer, sino existen experiencias muy distintas y que el movimiento feminista era “color blind”. Poco después Kimberle Crenshaw, una de las juristas pertenecientes a este movimiento de afroamericanas, introdujo el término interseccionalidad para fines de políticas sociales, porejemplo para identificar las dificultades especiales que tienen precisamente las mujeres negras y pobres. El problema con el término de la interseccionalidad para Stolcke, es que falta trabajo etnográfico para sustentar dicho término y aunque hoy es la última moda en la teorización feminista, no existen suficientes fuentes que le den cuerpo .
Sugerencias bibliográficas:
Crenshaw, Kimberlé W. “Demarginalizing the Intersection of Race and Sex: A Black Feminist Critique of Antidiscrimination Doctrine, Feminist Theory, and Antiracist politics.” University of Chicago Legal Forum 14 (1989): 538-554.
_____ “Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence against Women of Color.” Stanford Law Review 43.6 (1991): 1241-1299.
Stolcke, Verena. “Is Sex to Gender as Race Is to Ethnicity?” Teresa del Valle (ed.). Gendered Anthropology. London: Routledge, 1993. 17-37.
_____ “¿Qué tiene que ver el género con el parentesco?” Virginia Fons, Anna Piella y María Valdés (eds.). Procreación, crianza y género. Aproximaciones antropollógicas a la parentalidad. Barcelona: PPU, 2010. 319-333.
Verena Stolcke relata cómo ella percibía que cada vez más a menudo, se hablaba del “mestizaje cultural” como solución con respecto al supuesto problema de la inmigración extracomunitaria, lo que la motivaba a escribir el libro Identidades ambivalentes. Stolcke no podía entender el que se usara este término en sentido positivo: es decir que el mezclar las culturas en España, significase un remedio a la discriminación y a los prejuicios. Incluso en los documentos institucionales acerca de la forma para integrar a la población inmigrante se utilizaba esta teoría.
Dado que Stolcke ha estudiado la historia colonial hispanoamericana desde la perspectiva de Cuba, afirma que la gente que usa el término mestizaje, no sabe lo que en la historia de la colonización significó la explotación sexual de las mujeres indígenas. Por lo tanto este resulta para Stolcke un término negativo y no positivo.
Por su trabajo en un grupo de investigación conformado por otras científicas de diferentes disciplinas y en el que que todas se ocupan con identidades ambivalentes, Verena llega a la conclusión de que efectivamente todos los términos tan de moda en la actualidad - el mestizaje, la hibridación, el criollismo, la creolización, el cosmopolitismo – lo que hacen es invertir el proceso socio-político al que se refieren. Es decir que suponen que estas ambivalencias, estas mezclas diluyan las diferencias y su construcción como desigualdades, mientras que por el contrario, lo que justamente hacen es revitalizarlas en la medida en que solo se pueden mezclar dos elementos, si entre ellos existe uno diferente.
El trabajo de Stolcke sobre el mestizaje, fue un trabajo de antropología histórica donde se muestra con bastante claridad, que sólo a mediados del siglo dieciseis apareció la categoría de mestizos. Es decir: mestizos como una categoría jurídica que conduce a que a estos se les quiten varios derechos.
Más adelante Verena otra vez se refiere a políticas de identidad cuando trata el concepto de democracía racial. En su opinión existe un problema fundamental en la formación de las repúblicas latinoamericanas. En “América Latina”, que ya no es “Hispanoamérica” después de las independencias, se adoptó el modelo republicano universalista francés, con énfasis en la homogeneidad cultural y racial de la ciudadanía, así como la delimitación clara del pueblo. Este modelo se quería transferir a Latinoamerica, es decir un conglomerado de países que se veían compuestos por gente de procedencia pero también de razas muy diversas. En América Latina existen cuatro, cinco modelos, formas o intentos de solución para crear una sociedad políticamente cohesiva y culturalmente integrada. Modelos distintos, entre los cuales Verena nombra algunos, como por ejemplo el caso mexicano, el país mestizo, con la raza cósmica de Vasconcelos; el caso brasileño el cual se parece al mexicano, aunque con otra terminología: la idea de la democracía racial; O bien el caso andino, el cual según Stolcke núnca se resolvió, pero sobre el cual Verena llama actualmente la atención sobre Evo Morales y la nueva constitución étnica que el propone. Para ella esta es otra respuesta al problema de los países que han sido concebidos por las elites como especialmente diversos. Puesto que reconocer realmente la diversidad es crucial, Verena afirma que s bien se pueden discutir los éxitos y fracasos de Evo Morales, ella cree que su modelo es extraordinariamente intersante desde una perspectiva de la organización de las republicas. Este modelo es para Stolcke el extremo opuesto a la idea del México mestizo o bien de la democracía racial y se enfoca en el reconocimiento de los derechos de los diversos pueblos indígenas.
Sugerencia bibliográfica:
Stolcke, Verena. “Los mestizos no nacen sino que se hacen.” Verena Stolcke y Alexandre Coello (eds.). Identidades Ambivalentes en América Latina (Siglos XVI-XXI). Barcelona: Bellaterra, 2008. 14-51.
El racismo es un tema que siempre le ha interesado mucho a Verena. En la entrevista explica la razón de ello en su infancia. Stolcke nació en la Alemania Nazi y afirma que por ser muy jóven, no sabía lo que estaba pasando. Asegura que después de la segunda guerra mundial, practicamente ya no se hablaba de lo que había ocurrido en este país, sobre el nazismo o la persecución de los judíos.
Durante su tesis doctoral Verena exploró la vinculación entre el racismo y el control de la sexualidad de la mujer - el control y el abuso de la sexualidad de las mujeres por parte de las elites, por padres, hermanos y después maridos; así como investigó acerca de los usos y abusos de las mujeres de la gente de color. Para ella, esto fue un descubrimiento extraordinario, pues entendió finalmente, no el porqué había ocurrido el nacionalsocialismo en Alemania, sino más bien lo que significaba la ideología que lo justificaba.
Más adelante explica que en el mundo occidental moderno, entrando al siglo diecinueve, el racismo científico es el que hace el control de la sexualidad de las mujeres decisivo para reproducir fidedignamente las desigualdades de clases. El racismo a su vez premia la pureza del cuerpo sexuado de las mujeres de élite. El racismo científico y la historia de la ciencia se pueden trazar claramente a diferencia de una explicación teológica del orden del mundo y el universo. Es el racismo que inventa las razas. Para superar la carga ideológico-política que tenía la noción de raza, en los años treinta, dos antropólogos ingleses introdujeron la palabra etnicidad. Ellos se oponían a las clasificaciones raciales de la especie humana. Según Stolcke el problema con este término es que literalmente etnicidad deriva de etnia, un pueblo, y el rasgo del ser, los usos y costumbres de este pueblo. A Verena le parece una salida tramposa para simplificar sistemas o formas ideológicas de justificar discriminaciones y además es una palabra tan ambigua y tan general como la palabra cultura..
Sugerencias bibliográficas:
Stolcke, Verena. Marriage, Class and Colour in Nineteenth Century Cuba. A Study of Racial Attitudes and Sexual Values in a Slave Society. Cambridge: Cambridge University Press, 1974.
_____ “Is Sex to Gender as Race Is to Ethnicity?” Teresa del Valle (ed.). Gendered Anthropology. London: Routledge, 1993. 17-37.