Agencia asistencial femenina
Con la agencia asistencial de las mujeres, Barrancos se refiere al rol asistencial que han tenido las mujeres a lo largo de la historia, en América Latina y, específicamente, en la Argentina. La agencia asistencial femenina es una forma de participación femenina.
Dentro de la relación entre teoría y realidad empírica, la autora llama la atención sobre el hecho de poder transformar la teoría para lograr que ésta pueda dar cuenta de los cambios y particularidades de cada contexto. En esta dirección, Barrancos establece una crítica constructiva a la producción teórico-científica en Latinoamérica, despertando la reflexión sobre cómo debe irse modificando la teoría. Es decir, debe lograrse una traducción a nivel conceptual oportuna que sea capaz de mostrar los hechos novedosos. El ejemplo al que recurre Barrancos en la entrevista como singularidad empírica en la Argentina, que puede trastocar los marcos de la teoría feminista, es precisamente el de la agencia asistencial femenina.
En primer lugar, con “agencia femenina”, la autora se refiere al aporte social femenino. Las Madres de la Plaza de Mayo son un ejemplo de agencia femenina, pues sin autodenominarse feministas y, sin embargo, asumiendo sus roles reproductivos de mujer en la esfera pública y estableciendo como “madres” múltiples denuncias sobre los abusos que cometieron los regímenes dictatoriales en el ámbito familiar, logran cambios de perspectiva en cuanto al lugar de las mujeres y la importancia de sus roles y peticiones en la sociedad.
No obstante, con la “agencia asistencial femenina” la autora se refiere de una forma más específica a un tipo de participación de las mujeres que se conecta con la beneficiencia pública. Barrancos se refiere en la entrevista al menos a dos áreas que tienen que ver con la prestación de servicios sociales: por un lado, la agencia asistencial femenina ha tenido que ver con la participación tradicional de las mujeres de clase media-alta y alta en su mayoría, pertenecientes a sectores conservadores, para asistir de diversas formas y con diversos propósitos a los sectores más pobres y necesitados de la población.
Esto, en el contexto latinoamericano, ha tenido una estrecha relación con la caridad cristiana. En el contexto argentino, la autora destaca la existencia de la Liga Patriótica Argentina como un ejemplo de presencia de las mujeres. A pesar de ejercer en la esfera pública un comportamiento totalmente reaccionario, las mujeres asociadas a esta Liga intentaron competir con el mundo obrero con una propuesta de educación y de capacitación femenina. (en: Barrancos, Presencia de la mujer en las luchas sociales argentinas de principios de siglo. Aportes para una Argentina plural. Archivo General de la Nación, Buenos Aires, 16 de octubre de 1997, págs. 126-127).
En comparación con la agencia asistencial de las mujeres asociadas al ámbito conservador, las mujeres de los movimientos socialistas, liberales o anarquistas, lucharon sobre todo por transformar la situación del proletariado y para ello llevaron a cabo también acciones reformistas, asistencialistas, sufragistas. La autora nos da en este artículo un abordaje amplio de la beneficiencia en las primeras décadas del siglo XX:
“El movimiento beneficiente en general, que se produjo como un paliativo a la cuestión social y que apareció mientras crecía la protesta y la reivindicación obrera ¬–forjando la morigeración (templanza o moderación en las costumbres) reformista a través de aparatos benéficos–, significó, paradojicamente, que las mujeres de comprometieran en lo público; y estas agencias reformistas benéficas, […] trabajaban para resolver problemas expuestos por el movimiento social, por la vanguardia de ese movimiento, el proletariado, acompañando sus reivindicaciones desde una perspectiva de defensa de los derechos de la madre y el niño la mayoría de las veces.” (en: Barrancos, Presencia de la mujer en las luchas sociales argentinas de principios de siglo, p. 127).
A través de la agencia asistencial femenina, en el marco de la beneficiencia, se trastocan por lo tanto las concepciones tradicionales de lo público y lo privado:
“Ha habido una participación en la arena pública de las mujeres, aún de aquellas mujeres que, efectivamente, estaban arraigadas a propósitos confesionales […]. Aún ahí hay un movimiento en la arena pública de las mujeres, hay gestión pública, y entonces esto conmueve a aquellas teorías con las que se iniciaron los estudios de género, que aislaban los dos ámbitos, esfera privada y esfera pública, de manera irreductible.” (en: Barrancos, Presencia de la mujer en las luchas sociales argentinas de principios de siglo, p. 127).
Por otro lado, la autora resalta que para el caso argentino de agencia asistencial femenina ha existido una relación mucho más estrecha con la asistencia pública estatal, pues el Estado en la Argentina subsidió la beneficencia pública. Las mujeres estuvieron a cargo de agencias casi gubernamentales, donde tuvieron un poder relativo y lograron un dominio en ordenar una serie de cuestiones administrativas.
La autora menciona la existencia actual de numerosos trabajos que ya muestran este “capital público de las mujeres”.