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Mujeres y trabajo

Las mujeres han sido históricamente discriminadas doblemente en cuanto a lo que el trabajo se refiere. Por un lado, han sido relegadas al ámbito privado y a las tareas domésticas, labores por las cuales no han sido reconocidas económicamente. También han recibido salarios porcentualmente más bajos que los hombres por realizar los mismos trabajos, lo que se denomina “brecha salarial”. Esta división sexualizada del trabajo ha evitado que las mujeres puedan hasta hace poco ocupar espacios públicos, abandonando su esfera privado. Pero sin embargo continúan con las labores reproductoras a las que han sido relegadas, a lo que se entiende como “doble jornada al terminar su jornada laboral asalariada, son las que más se ocupan de las tareas de cuidado en las familias.

Según las investigaciones realizadas por Eva Alterman Blay, las mujeres en Brasil no se escapan de esta situación; siempre han trabajado y prestado su fuerza laboral, tanto en el hogar como por fuera de él, tanto las mujeres esclavizadas como aquellas que nacieron libres. La división sexualizada del trabajo en la sociedad brasileña, junto con la asimetría en la distribución del trabajo doméstico, es una de las mayores fuentes de desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. Al ser las mujeres las que dedican más tiempo a las labores domésticas no remuneradas, disponen de menos tiempo para estudiar y formarse. 

También menciona tres aspectos primordiales al relacionar las mujeres en Brasil con el trabajo. En primer lugar, hay que tener en cuenta el nivel económico del país, que influye en la capacidad de las mujeres para obtener estudios de educación superior o para entrar al mercado laboral. La mayoría de ellas dedican a trabajos considerados “femeninos”, siendo esta la manera en que el mercado absorbe la fuerza laboral de las mujeres, sin tener en cuenta el trabajo doméstico no remunerado que ejercen. La actitud del círculo social y familiar reproduce estas tendencias ideológicas globales, ejerciendo presión y amenazando con sanciones sociales para aquellas que traten de subvertir los patrones de la división sexualizada del trabajo.