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Vendedores ambulantes

Según Marianne Braig, la Ciudad de México no es una ciudad global. No se trata de un centro financiero internacional sede de empresas transnacionales. Sin embargo, lo que en ella se puede observar es la otra cara de esta globalización hegemónica. Se trata de una “globalización desde abajo” sostenida en el flujo de personas, informaciones y mercancías fuera de los circuitos comerciales regulados.

Uno de estos circuitos ajenos a la economía formal es el que conforman los vendedores ambulantes en las calles del centro de la ciudad, el cual abastece de productos a los sectores populares. Aunque el centro histórico ha sido un espacio de compraventa por siglos, desde las décadas de los ochenta y noventa el comercio informal ha aumentado en cantidad y relevancia a consecuencia de la crisis estatal que, entre otras cosas, redujo el empleo regulado y asalariado; y, al entrar la producción industrial local en crisis, abrió las puertas a productos globales de procedencia legal e ilegal. Los productos característicos del comercio informal en el período que abarca  la crisis de 1982 y la entrada en vigor del TLCAN provenían del circuito norte-sur. Posteriormente, cuando los productos provenientes del norte entran al circuito regulado, el comercio del centro histórico se abastece de productos provenientes del circuito transpacífico, principalmente de China. El enlace con los proveedores de China toma la forma de relaciones “personales” entre las lideresas de las organizaciones de vendedores ambulantes y sus contrapartes en Asia.   

En la arena local de la ciudad, las organizaciones que estas mujeres lideran han tenido como objetivo la defensa de sus intereses y su permanencia en el espacio público de la ciudad ante las autoridades capitalinas y federales. Las organizaciones pertenecían a la maquinaria corporativista del partido en el poder (PRI) desde antes de la crisis de 1982, pero es a partir de ese momento que sus números y por lo tanto su poder aumentó considerablemente. Con la entrada del PRD al gobierno de la ciudad en 1997, la vía de negociación con el gobierno capitalino mutó al clientelismo. Esto fragmentó las organizaciones en grupos más pequeños, pero el liderazgo continuó en manos de mujeres, quienes siguieron desempeñando el papel de negociadoras tanto con el gobierno como con sus socios transpacíficos.

El tema de los vendedores ambulantes en la ciudad de México y su participación en las relaciones comerciales informales ilustra cómo los cambios en la economía y la política global son enfrentados y negociados a nivel local.

Bibliografía 

  • Marianne Braig: Economías en movimiento: entre diferentes mundos y tiempos en el centro histórico de la Ciudad de México. En: Carlos Alba Vega/ Alberto Aziz Nassif y Stefan Rinke (eds.): Pensar las categorías de análisis para el estudio de la globalización, Berlin: Edition tranvía, 2017, p. 51-61.
  • Marianne Braig con Carlos Alba Vega: Organización política local y entrelazamientos transregionales del comercio ambulante en la Ciudad de México.En: Iberoamericana, V. 12, No. 48 (2012), p. 129-141.