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Lo público y lo privado

La distinción entre lo público y lo privado forma parte de un debate complejo que fue deconstruido por el feminismo. La perspectiva feminista apunta centralmente al hecho de la naturalización de los roles masculinos y femeninos al ámbito de lo público (lo político) y lo privado (lo doméstico), respectivamente. Los movimientos feministas introducen todo un debate dentro de esta división naturalizada.

En la Argentina, el reclamo por las víctimas de la dictadura realizadas por parte de las Madres de la Plaza de Mayo, configuraron una memoria emblemática del lugar de la mujer en la esfera pública argentina. Las madres eran las preocupadas y las que exigieron verdad y justicia por los desaparecidos: “Las mujeres (madres, familiares, abuelas, viudas, etc.) han aparecido en la escena pública como portadoras de la memoria social de las violaciones de los derechos humanos. Su performatividad y su papel simbólico tienen también una carga ética significativa que empuja los límites de la negociación política, pidiendo «lo imposible». Su lugar social está anclado en vínculos familiares naturalizados, y al legitimar la expresión pública del duelo y el dolor, reproducen y refuerzan estereotipos y visiones tradicionales.” (El género en las memorias. En: Jelin, Los trabajos de la memoria. Madrid y Buenos Aires, Siglo XXI, 2002, p. 115).

La presencia de los actores en el espacio público conduce a la lucha por la legitimidad de la voz. Una pregunta podría ser: ¿Quiénes son los que tienen derecho y los que tienen legitimidad para hacerse oír en la esfera pública? La otra pregunta que deja sugerida Jelin en nuestra entrevista es: ¿Cuál sería el lugar en la sociedad de lo privado y de la privacidad?