Movimientos sociales de mujeres
Los movimientos sociales de mujeres en América Latina se tornaron relevantes a partir de la segunda mitad del siglo XX, sobre todo durante las décadas de los setenta y los ochenta. La igualdad del derecho civil de las mujeres y una mayor independencia personal (de, por ejemplo, sus padres o esposo) fueron piedras fundamentales para estos movimientos sociales.
Bárbara Potthast destaca una importante diferencia respecto al activismo que se desarrollaba contemporáneamente en Europa y Estados Unidos: las mujeres latinoamericanas formulaban diferentes preguntas de género y sus deseos eran considerados menos importantes. Las diferencias étnicas, sociales y de clases son claves a la hora de entender estos movimientos sociales. El activismo de mujeres en Latinoamérica tuvo lugar alrededor de movimientos guerrilleros, sindicatos y comités de amas de casa, un contexto que Potthast denomina “movimientos de sobrevivencia”. Los objetivos eran la lucha contra la violación de los derechos humanos y la violencia, y contra la explotación y pobreza. Por ejemplo, la organización en Bolivia de comités de amas de casa para sobrevivir en situaciones de pobreza y luchar por la mejora de las condiciones laborales de sus maridos mineros. Potthast también menciona el rol de “madre” de muchos de estos movimientos, destacando las “Madres de Plaza de Mayo” argentinas y su defensa de los derechos humanos y exigencia de cuentas al espectro político argentino desde los años ’70.
Estos movimientos sociales se caracterizan por su heterogeneidad y la fluidez de las fronteras y concepción de cada uno. Aun así, Potthast resalta cuatro tipos:
- Movimientos feministas
- Movimientos de derechos humanos
- Movimientos sindicales
- Movimientos de acción social