Feminización del trabajo
La feminización del trabajo es un concepto que para Rott se relaciona con la feminización de la pobreza, es decir, con la costumbre y naturalización de una vida llena de sobre cargas y miserias sin la posibilidad remota de visualización o planificación de un cambio. Estos conceptos en Rott intentan mostrar las situaciones desfavorables de vida que se reproducen como formas naturalizadas dadas por dios o socialmente. Vidas que siguen dictaminaciones y que practican conductas dadas de antemano.
En América Latina, dice Rott, la feminización del trabajo y de la pobreza son conceptos que ponen en evidencia el estilo de vida de muchas mujeres que deben asumir sobre cargas de trabajo sin el poder de decisión y sin las condiciones apropiadas. Las mujeres, por ser mujeres, reciben un sueldo menor que el de los hombres, que en muchos casos ni siquiera alcanza para adquirir la canasta básica de alimentación.
A esta vida de trabajo desfavorable, se le suman otras cargas cotidianas como la responsabilidad de la familia y el cuidado del hogar. Las mujeres están a cargo, por lo general, del cuidado de los niños y ancianos, de comprar y hacer la comida, de cuidar a los miembros de la familia que se enferman, de responsabilizarse por el lavado y planchado de la ropa. Entonces, a las horas de trabajo en la calle se le suman las horas de trabajo en la casa, trabajo que debe ser realizado con la misma dedicación y cumpliendo altas exigencias y expectativas de los miembros de la familia. El concepto de “feminización” lleva una connotación negativa en este caso, pues parte de la construcción cultural de género que no ha sido definido en condiciones de igualdad por la sociedad patriarcal. En esta sociedad, el hombre ha dominado y subordinado a la mujer.
Los conceptos de mujer, de género femenino o la propia condición femenina que parten de la sociedad patriarcal construyen en consecuencia ideas negativas de mujer y género, así como representan a la mujer en situaciones desfavorables e indeseables para los otros miembros de una sociedad. Por lo tanto, la idea de feminización del trabajo y feminización de la pobreza son formas de pensamiento crítico que intentan señalar la permanencia de estilos de vida creados por sociedades desiguales y asimétricas, estilos que no han podido elegirse y que parecen naturales e inmodificables. Para entender la situación de la mujer, dice la autora, hay que entender lo que significa no tener otras posibilidades de libertad de acción.