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Políticas poblacionales

En el año 1974, se dicta en México la “Ley de Población”: “En la ley de población se creó el Consejo Nacional de Población (CONAPO) como organismo rector de la política demográfica. En el Reglamento de la Ley (17.Nov.1976): se recalca que la planeación familiar es un derecho de toda persona humana” (1999: 114). En 1977, se diseña una política poblacional (11). El objetivo de esta ley es controlar el crecimiento poblacional, siendo sus objetivos fundamentales: 1) inducir, con pleno respecto de la libertad individual, la reducción de la fecundidad y, con ello, disminuir el crecimiento de la población y 2) racionalizar la distribución de los movimientos migratorios para lograr un doblamiento acorde con un desarrollo regional más equilibrado (p. 115): “Todo el documento está perneado por la idea de la integración de la política demográfica a la de desarrollo (…). La política de población se concibe como un proceso para orientar a los individuos hacia un mayor desarrollo humano y, como tal, dicha política no encuentra justificación autónoma, sino que sus criterios están supeditados a los grandes objetivos nacionales” (p. 115).

Hasta los setenta, el resultado estadístico establecía que las mujeres mexicanas al final de su vida reproductiva contaban con un promedio entre 7 y 8 hijos (7,5). La política poblacional fue instrumentada, en el caso mexicano, por el Programa de Planificación Familiar, que introduciendo métodos anticonceptivos, intentó rebajar el promedio reproductivo o la tasa de fecundidad de hijos entre 2 y 3 (2,5). En este periodo en que se dicta la Ley y que están en proceso las políticas poblacionales, de Barbieri se trasladaba de Chile a México por el golpe militar de 1973. De Barbieri se incorpora como investigadora al Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM (IISUNAM), que en ese momento posterior a la Ley, introducía dos nuevas líneas de investigación: Sociología de la población y Demografía. Dentro de este campo investigativo, su trabajo crítico consistió en poder observar en qué medida las políticas poblacionales favorecían o no a las mujeres, pues la principal crítica que se produjo a partir de la implementación de estas políticas, a nivel internacional, fue la de denunciar la existencia de una política de esterilización: “La política demográfica y sus éxitos se han basado en la ampliación permanente del número de usuarias de métodos anticonceptivos” (p. 117). Surgieron entonces entre los movimientos sociales y de mujeres, los reclamos de los derechos reproductivos de las mujeres y los derechos de salud. Por ello, de Barbieri intentaba demostrar hasta qué punto, con la implementación de esta ley de política poblacional, las mujeres estaban siendo no sujetos de derecho, sino objetos o instrumentos de la política, pues la “política de población en México es igual a control del crecimiento demográfico por la vía del control de la fecundidad” (p. 130).



Referencias bibliográficas


Teresita de Barbieri: Cambio sociodemográfico, políticas de población y derechos reproductivos en México, en: Adriana Ortiz-Ortega (comp.). Derechos reproductivos de las mujeres: un debate sobre justicia en México. México, Edamex, 1999, p. 101-145.