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Trabajo

Al igual que las estructuras familiares, las estructuras de trabajo ponen en evidencia múltiples mecanismos de dominación. Dentro del tema del trabajo, Rott se ha concentrado en estudiar sobre todo el lugar de las mujeres en cuanto a las estructuras del mercado laboral y relaciones laborales. Desde los años setenta, las perspectivas sociales de la mujer cambian a raíz de los movimientos sociales y feministas. Las políticas de género en el sector laboral demandan cambios por la igualdad de ofertas de trabajo para hombres y mujeres, igualdad de salarios, igualdad de derechos y condiciones laborales, así como la consideración de la maternidad y el cuidado de los hijos en sus primeros años.

En el ámbito del trabajo, en los sectores formales, primarios o industriales, las mujeres carecían de derechos. La mujer no podía participar del ascenso laboral antes de los años setenta, pues solamente, dice la autora, se podía ascender en el marco de las condiciones primarias del mercado laboral y de la organización social vinculada a éstas, o sea a través de la representación de los sindicatos, relaciones laborales en las empresas y las leyes laborales en general. Rott realiza su primera gran investigación empírica sobre la situación de mujeres en el proceso laboral durante su estadía en Brasil, entre los años 1979 y 1981. Irónicamente, Rott estuvo obligada a cambiar su investigación a la situación de la mujer en las fábricas textiles, por el veto que le prohibía estudiar sindicatos en tiempos de la dictadura militar.

Como parte del estudio de la situación laboral de las mujeres en una parte del sector formal o industrial, conformado por las industrias textiles, de confección, también por las industrias del tabaco, Rott señala que se fue perfilando la llamada “aptitud laboral femenina” que indicaba que las mujeres eran preferidas para ciertos trabajos que tenían que ver con su habilidad manual. Sin embargo, con el avance de la industrialización, y con el montaje de otros sectores productivos el porcentaje de trabajadores hombres fue aumentando y luego se formaron también, dice la autora, obreros más calificados y con mejor formación. Las mujeres quedaron fuera. Sin embargo, aunque la presencia de la mujer ha ido aumentado poco a poco en el sector formal, es en el sector informal que incluye los servicios y el trabajo doméstico, sobre todo en América Latina, donde la mujer ha ocupado un lugar determinante.

No obstante, Rott señala las desventajas y situaciones desfavorables de las mujeres a través de conceptos como feminización del trabajo y la pobreza que muestran como las mujeres se van sobrecargando y aceptando situaciones de explotación laboral fuera y dentro del hogar. Rott señala como las mujeres de la clase media invierten lo que ganan primeramente en la manutención de la familia, en la alimentación, en la educación de los niños, en el cuidado de los ancianos y enfermos, por una imposición cultural de cargar con la responsabilidad del hogar y la familia, mientras que los hombres, gracias a privilegios históricos, tienen la libertad de acción social y económica, lo que les permite invertir su tiempo libre en actividades que no tienen que ver en la mayoría de los casos con el cuidado y atención de la familia.